lunes, 11 de julio de 2016

LA PIEZA REDONDA

"Quisiera tener una pieza redonda
en la cima de un monte verde
alto y verde
redonda y amarilla debe ser
con una escalera de flores
que baje
hasta el último paisaje
de tus labios"


Miro el cielo y las estrellas
contemplo los prados allá abajo
los perros aullando a lo lejos
el viento que azota las estrellas
contra la negritud de la noche,
noche de girasoles multicolores,
de peces rojos en los ríos fríos, allá abajo,
de piedras filudas
en el contorno del horizonte
despidiendo el día
que ya acabó.

Te miro y te toco con mi mano suavemente,
la pieza nos observa 
por los ventanales redondos que nos reflejan
bajo la luz delicada de las velas encendidas
que chorrean por los candelabros
ansiedades humanas,
olores de eucaliptus en atardeceres lunares,
corrientes infinitas
de amor apretujado
en el bajo vientre de la vida,
registrado en nuestros ojos
en esta noche que va pasando...

Te deseo ver desnuda amada mía
al compás de mi figura que te desea, 
en esta noche redonda y amarilla
en esta ocasión alta y verde,
y mirar allá abajo,
a lo lejos.

Ya te tengo entre mis brazos
mis pupilas tocan los alrededores de tu cuerpo
ya desnudo por la noche;
ríen tus ojos lágrimas de amor sobre mi hombro 
entrecortado por tu cabello que cae por mi brazo, 
hacia la mano
que estremece dulcemente tu cintura
y la llena de dedos apasionados.

Los ventanales son testigos
de tu desnudez,
de tu cuerpo delineado
por la luz de las velas
ya más pequeñas por el tiempo.
Mi boca recorre tu piel humedecida
en la tranquilidad de la noche
que va avanzando.
Mis manos te atrapan y moldean tu figura,
y sufre mi ser
de tanto amor que tú me entregas.


Vamos subiendo lentamente
por la cumbre del deseo que nos quema,
luces giran en mi mente,
caminos que se abren
torbellino de ruidos silenciosos.
Los dos
allá arriba
arriba
ya pronto llegamos
ya se alcanzan las estrellas
falta poco
ya,
ya son nuestras amor,
tócalas,
coge aunque sea una
y tráela a la tierra,
aprisa,
que ya regresamos
lentamente
regresamos
lentamente
ya llegamos...


Las velas han dejado de alumbrar
el cielo ya no es oscuro
no hay estrellas en lo alto
solo la tuya
la que trajiste.


Pósala en tu mano
muéstrela a los hombres
y diles que aquella noche
logramos cortar una estrella del cielo,
y la luna no se enojó.



1 comentario:

  1. Pura magia de nardos y azahares llenos de inocentes temblores. Eso me provoca esta maravilla..👏👏👏

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